A escasos días de que se cumpla un año de mi visita a Dublín, no puedo más que sentir saudades... de todo aquello que vi y de todo lo que no conocí. Del aroma de sus calles, de sus casas, de su gente. De la sonrisa del hindú de la tiendita y el indigente de afuera del hotel, de la niña que corría hermosísima en los jardines de Glendalough y la majestuosidad de Powerscourt. Espero volver.
2 comentarios:
Mientars mas leo mas me gusta XDDD
Saudadear no es lo de hoy. Me fascina la palabra, pero nunca me ha gustado que se use (ese portugués bellísimo)... me hace sentir algo hueco en el interior. No conozco Dublín, sin embargo, ubico a la perfección el sentimiento que irradian tus dedos al teclear estas palabras... no sé qué más decir...
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